La leyenda del monte perdido

Monte perdido.
Cuenta la leyenda que hubo un tiempo en el cual en este paraje donde ahora se alza el Monte Perdido, no había ninguna montaña, solo pastos verdes donde los pastores llevaban a pastar su ganado.
Una tarde estaba un pastor con su perro y rebaño, comiendo de su zurrón cuando un hombre se le acercó, se trataba de un mendigo, pobremente vestido, descalzo y con el rostro demacrado tras muchos días de ayuno, le pidió algo de comer al pastor pero este no tenía muy buen corazón y le negó su ayuda mientras el mendigo insistía una y otra vez en vano.
Tras negarle bocado, la zona quedo inmersa en una espesa niebla y el cielo azul se cubrió de nubes. El pastor se desentendió del mendigo para recoger el ganado disperso por el prado, pero la niebla impedía toda visibilidad y los nubarrones tornaron en una intensa lluvia como jamás se había producido en los pirineos. Pastor, perro y ganado se perdieron y nunca más se supo de ellos.
Los lugareños afirman que donde se perdió el pastor apareció una gran montaña de piedra y hielo, como el corazón del pastor.